Presidente casi vitalicio del Darling A.C. y ligado a la institución desde su origen, Don Félix alma, esencia y nervio del fútbol canario fue, por sobre todo, su auténtico embajador y personero. Pero, más allá de aquel que actúa en el ámbito cerrado y un tanto egoísta de un distintivo, fue quien supo conciliar voluntad y empeño para convertirse de hecho, más que respondiendo a una nominación formal, en el primer titular de las relaciones públicas, introductor y caballeresco anfitrión de todo aquel que, invistiendo una representación deportiva, llegara a Canelones. Árbitros, dirigentes, futbolistas, todos los que vinieron recibieron sus atenciones.Admiraba sinceramente al hombre de fútbol, trabajador silencioso y sacrificado, cuya acción ha servido no sólo para avalar las grandes gestas del deporte, sino también para desarrollar y consolidar el patrimonio de las instituciones. Actuó siempre en actitud humilde, rechazando los primeros planos, consciente de que lo único que realmente sirve es esa acción efectiva y un tanto anónima no por callada, menos valedera. Cuando alguien le felicitaba por su importante misión, como restándole trascendencia recurría a la salida humorística que tan hábilmente manejaba: "En la vida, todo es cuestión de oportunidades. Como no he asumido las obligaciones de una empresa matrimonial me he volcado a esto por contar con un poco más de tiempo. Y lo sigo haciendo -apuntaba sonriendo- hoy que no tengo derecho a aspirar otras tibiezas, que no sean las del deporte y las del mate..."
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